- Manantial Agua Santa
Hacia este manantial se trasladó Claudio, el cual se encuentra situado a un lado de la carretera que va del reparto Panel I a la Casa de los Oficiales. En ese entonces esta agua se utilizaba como bebida refrescante y medicinal, y fue la continuó vendiéndose durante años por toda la isla de Cuba hasta que Claudio se trasladó definitivamente para La Habana, específicamente para el actual municipio de Guanabacoa, desde el cual continuó comercializando el agua "La Cotorra", aunque no ya la original. En estos momentos no se encuentra en explotación.
- Manantial ESBEC No. 24
xiste un manantial medicinal en las cercanías de la antigua ESBEC No. 24, a la cual se debe su nombre. Este manantial es considerado como el mejor de América Latina, y el cuarto mundialmente, por su bajo porcentaje de minerales, además de ser una de las aguas más finas del mundo. El mismo expulsa a la superficie más de setecientos litros de agua por minuto.
Según una entrevista hecha al periodista Wiltse Peña, actual encargado de la recuperación y mantenimiento de estos manantiales expresó: "...Si solamente se exportara el 10% del agua que este manantial expulsa, se recuperarían alrededor de 130 millones de dólares anualmente..."
En este momento se trabaja en su recuperación. Ya está hecha la nueva fuente, que es de cerámica.
- Manantial El Ferroso
A un costado del puente, a un lado de la turbina del agua, frente al restaurante El Ranchón, se localiza este manantial, el cual se encontraba atrapado bajo la tierra y la hierba. De las construcciones hechas para su aprovechamiento solo podemos ver el lugar. Esta agua puede ser utilizada para restablecer la hemoglobina, es decir, para las personas anémicas, debido a su alto contenido de hierro; pero es una lástima que se haya encontrado abandonado tanto tiempo.
Es necesario señalar que en 1902, el primer alcalde de la Isla de Pinos, Juan Manuel Sánchez Amat logró un acuerdo de no cobrar el uso de estos tres manantiales mencionados; y a pesar del golpe de estado que intentaron darle los colonos norteamericanos, no se pudo eliminar este acuerdo.
El acuerdo de Sánchez Amat evitaba que se repitiera el precedente de 1828. En aquel entonces eran numerosos los enfermos que acudían a curarse a la Isla, y el jefe militar de la misma. Don Juan Dovos López, aprovechó esta circunstancia para aprobar una real orden por la que se obligaba a tales desgraciados a pagar tres reales diarios, impuesto que se mantuvo durante veinte años.
Debido a este acuerdo, Claudio Conde Cid se ve obligado a trasladar el embotellamiento del agua "La Cotorra" para el manantial Agua Santa.
- Manantial La Magnesia
Frente al manantial Santa Lucía se encuentra este otro manantial, La Magnesia, de la cual se sabe que era embotellada como el agua "La Cotorra", que era enviada a toda la isla de Cuba desde 1905, por Claudio Conde Cid. Esta agua es de gran utilidad para los problemas digestivos y estomacales.
- Manantial El Respiro
Este otro manantial es de aguas termales, su temperatura es de 40 grados, y se encuentra después del cementerio, por la carretera vieja de Gerona. Se sabe que este manantial se encuentra a dos metros de profundidad y aun así brota de la tierra el agua.
Su empleo es generalmente para las diversas molestias relacionadas con el sistema óseo y muscular. Por lo dicho anteriormente, no está en explotación este manantial, su recuperación es sumamente costosa, pero se incluye en lo que será la futura Ciudad Balneario
- Manantial Santa Lucía
Este manantial se puede localizar en calle 9, debajo del puente en el centro de Santa Fe. Existe allí una tubería de la cual brota el agua constantemente. Esta agua es acechada por las personas que viven en este poblado, así como por los que se encuentran de paso; esto se debe sobre todo a las propiedades de cura que posee, principalmente las de la vista, como por ejemplo la conjuntivitis. Es un agua refrescante, de la cual se han obtenido buenos resultados y ha sido de gran utilidad para la población. Es recomendable su uso, utilización y consumo.
El beneficio de esta agua puede ser satisfactoriamente utilizado si se lograra formar un círculo de interés, en el cual se agrupen estudiantes y demás organizaciones, apoyados por la dirección de sus centros y el Consejo Popular, para difundir la importancia del uso de esta agua para la salud, evitando que se propaguen los brotes de conjuntivitis que a menudo nos golpean, y que provocan en gran medida la ausencia de estudiantes a clase.
- Manantial Santa Rita
Es el más importante en estos momentos y siempre ubicado a orillas del río Santa Fe.
El primero en contar la historia de este manantial fue el pirata cirujano Alexandre Oliver Esquemeling, en 1772.
En 1908 esta historia fue nuevamente contada por la norteamericana Irene Wright.
"Cuenta la leyenda que existió una tribu de indios muy poderosa que habitó la Isla de Pinos, guiados por el cacique Tacamena. Su pueblo vivía en paz y plena prosperidad. Debido a la extrema vejez del cacique, se decide poner a prueba la valentía y el honor de su hijo Auquimairo, para comprobar si reunía las condiciones necesarias para relevar a su padre como cacique. Se decide enviarlo finalmente en una expedición a la isla de Cuba. Decidido esto, parten los guerreros en sus canoas, comandados por Auquimairo. Al llegar, decide explorar él solo el terreno, dejando a los guerreros a espera de un aviso. Transcurrido un tiempo y al ver sus hombres que no regresaban, el jefe decide mandar un grupo de exploración para averiguar lo que había sucedido; cuando lo encontraron lo vieron hablando de paz con los indios de Cuba. Enloquecidos, atacan por sorpresa y toman preso a Auquimairo, al sentirse traicionados. Regresan victoriosos en sus canoas para la Isla y al llegar, cuentan todo al viejo cacique, y el hijo, claro en sus ideas, le pide dar su explicación:
'...por favor padre, déjeme explicarle...' - le dijo. ¡Habla desgraciado!- le respondió indignado el viejo cacique. '¿Ve usted padre, el árbol que está en la montaña en condiciones difíciles, en un suelo árido, los pocos frutos que da? ; sin embargo, ¿ ve usted en el llano el árbol que crece en suelo fértil y la naturaleza a su favor que da buenos frutos?. ¿No se da cuenta que es mejor vivir en la paz que en la guerra? . Pero el cacique no entendió las sabias palabras de su hijo; lleno de ira le clavó en el pecho una lama, cayendo el cuerpo en el suelo. Al marcharse de allí sopló una brisa caliente que enfermó a todos los indios. Mientras esto ocurría, los indios de Cuba que venían a vengarse, encontraron y reconocieron el cuerpo del indio que les había hablado de paz. El jefe indio decide enterrarlo en aquel lugar, y al levantarlo comenzó a brotar un manantial del lugar donde reposaba su cuerpo, al cual llamaron "El Manantial de la Paz", en honor a los ideales del indio muerto. Más tarde encontraron al resto de los indios, que estaban muy enfermos. Los llevaron al manantial y observaron como milagrosamente se curaban..."
Este Manantial de la Paz es el hoy llamado Santa Rita. La construcción de un local para su aprovechamiento se comenzó en 1853.
El Dr. José de la Luz Hernández elogió a Manuel Calvo por haber formado el caserío de Santa Fe y haber acondicionado un tanto el baño del "Templado", otro de los nombres con él se conoció este manantial, con su correspondiente división para señoras y caballeros, resaltando la comodidad y la decencia que esto significaba.
"Desde 1857 hasta 1862 entraron a la Isla de Pinos 3409 soldados enfermos, de los cuales se curaron 3217, gracias a los efectos curativos de las aguas medicinales...", según el Dr. José de La Luz Hernández Sardiñas.
Manantial de Santa Rita
El agua del manantial Santa Rita posee numerosos componentes como: bicarbonato, cloruro, sulfato, calcio, magnesio, sodio y sales solubles. Además tiene un PH casi neutro (6.4), con una agradable temperatura de 32 grados aproximadamente; sus aguas son radioactivas. Aparte de tener una gran utilidad con relación a los problemas de la artritis y el reuma, ha curado múltiples enfermedades más; un escrito de 1865 del Dr. José de la Luz Hernández nos lo verifica: "...Se ha visto desaparecer como por encanto la tisis tuberculosa, la laringitis, la bronquitis, la cefalalgia y la esplenitis, la artritis y el reuma, la gastralgia y la gastroenteralgia, las amenorreas y las dismenorreas, las afecciones uterinas así como los lamparones; las obstrucciones glandulares y los dolores osteócopos, la neurosis y parálisis, la hipocondría y la lepomamaría, y finalmente, la ceguera, la clorosis y la anemia, y casi todas las afecciones dermoideas, desde los herpes hasta la elefantiasis, insipientes de los árabes, el asma, la oftalmía, la otitis, la eclansia y la epilepsia."
Como se puede apreciar, son muchas las enfermedades citadas que logran la más satisfactoria curación desde aquellos años.
Gracias al viajero norteamericano Samuel Hazard, tenemos una idea de lo que se acostumbraba hacer cuando venían en busca de los baños del manantial:
"...La rutina general es darse un baño antes del almuerzo, bebiendo previamente un vaso de agua, permaneciendo en el baño un cuarto de hora; al salir de él se vuelve a tomar otro vaso de agua y se retoma al hotel. Por la tarde se repite lo mismo."
Se conoce que en 1954 se restauró nuevamente el local donde se encuentran las dos piscinas terapéuticas; y un año más tarde, en 1955, fue inaugurado por el entonces presidente de la República Fulgencio Batista y Zaldívar, acompañado por su señora esposa.
Al triunfo de la Revolución, en 1959, el manantial Santa Rita prestó servicios como Casa de Descanso, pero poco tiempo después, con los sucesos de la década del 60, fue abandonado a su suerte. En 1964, el nivel de la presa Santa Fe subió y provocó que por más de 30 años este manantial estuviera bajo tierra. En Octubre de 1998, una vez más se comenzó su rescate, y actualmente se encuentra al servicio de la población, brindando su utilidad a los enfermos que allí acuden y a las personas que deseen darse un baño. Aún se guarda la costumbre de tomarse un vaso de agua antes y después del baño, el cual solo debe durar 40 minutos.
A mediados de 1997 se comenzó la revitalización de los manantiales, y a mediados del año 1998, comenzaron algunos pobladores, por su propia cuenta, el uso de estos manantiales. Otros asistían por indicación médica controlada, encomendados por médicos especialistas en ortopedia y el médico consultante de la clínica de Medicina Natural y Tradicional de Santa Fe.
En el año 1999 se atendieron 1006 pacientes y un total de 43 afecciones o dolencias. Se han aplicado dichos baños a pacientes de diferentes partes del país, como Santiago de Cuba, Guantánamo, Ciudad de la Habana, Villa Clara, Pinar del Río, así como pacientes de Nueva Gerona, que a pesar de las dificultades del transporte se trasladaban día a día hasta Santa Fe para mejorar sus dolencias.
Se plantea, por norma, que los pacientes deben mejorar con un total de 10 a 21 baños. No obstante, se ha podido apreciar que un 75% ha mejorado sus dolencias con la aplicación de solamente 10 baños, y un pequeño por ciento ha tenido que mantenerse con más de 10 sesiones para mejorar su patología.
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