La Isla de la Juventud, por sus características física-geográfica, presenta dos zonas bien diferenciadas y delimitadas.

 

La zona norte (1312 km2) con un relieve de llanuras onduladas; sabanas y valles; sobresaliendo algunas elevaciones, La Cañada; la más elevada con 303 metros de altitud, que domina toda la isla, el mar que la rodea y las alturas de las otras elevaciones marmóreas; Sierra Caballo 298 metros; Sierra Las Casas 270 metros, formada por 2 cadenas de montañas que se extienden de norte a sur en una longitud de cuatro kilómetros, ambas divididas por un abra y varias cañadas; Cerro de Colombo y La Daguilla, entre otras.

 

La zona meridional (850 km2) con la Ciénaga de Lanier de 38 km2 que se ubica al norte, siendo el límite natural entre la parte norte y sur de la Isla. Divide esta zona en la Ciénaga Oriental y Ciénaga Occidental, constituye una llanura cársica, totalmente cubierta de vegetación natural. Se destaca el Cerro Caudal con una altura de 30 metros y  completamente de mármol.

 

Posee más de 30 km. de extensión discontinua de playas arenosas, alternando con acantilados y manglares. Posee lagunas costeras rodeadas de mangles detrás de las dunas o la costa rocosa.

 

La cayería se extiende en el extremo este de gran interés ecológico, pues constituyen refugios de valiosas especies de flora y fauna. La finura y blancas arenas de sus playas le confieren un elevado valor turístico.

Orografía

 

 

Su relieve destaca elevaciones, sabanas, valles, cerros y sierras. Destaca la Sierra de La Cañada de 303 m. de altitud; ubicada al este-sur de la Isla; desde su cumbre se domina toda la isla, el mar que la rodea y las alturas más destacadas. El cerro de San Pedro al este y el cerro de Montelargo al sureste de La Cañada. La Sierra de la Caba a dos kilómetros de La Cañada y el cerro de la Daguilla. Por sus laderas bajan corrientes abundantes.

 

El cerro de la Cunagüa, a dos kilómetros al noreste del cerro de San Pedro, el de Mal País, hacia el centro de la isla, a dos kilómetros del cerro de la Daguilla y a tres kilómetros, los cerros de Ají, separados por abras, son áridos.

 

La Sierra de San José y el cerro de la Natividad dan origen a varios arroyos con gran contenido de minerales. Hay varias pequeñas elevaciones, denominadas Juan de la Mar, Sigüanea, Mandadero y Cristales.

 

La Sierra de Colombo bañada por el mar, como la Sierra de Bibijagüa, inmediatas al norte de la Sierra Caballo de 298 m. al norte, situada a un kilómetro al sureste de la ciudad de Nueva Gerona. Sierra Las Casas al norte, formada por dos principales elevaciones, que se extienden de norte a sur en un trecho de alrededor de cuatro kilómetros y están divididas por una abra y varias cañadas. La Casas del Sur, que es la más elevada con 270 m. de altitud y Las Casas del Norte logra los 260 m. Sierra Caballo y Las Casas son macizos montañosos de mármoles con gran calidad.

  • Sierra La Cañada

 

La Sierra de la Cañada, es la mayor elevación de la Isla de la Juventud, territorio del Archipiélago de los Canarreos, en el mar Caribe, se encuentra en el centro-oeste de la región norte de la ínsula, con una altura de 309.2 metros sobre el nivel del mar, posee valores paisajísticos de indudable belleza.

 

El macizo se localiza a una distancia aproximada de 26 km de Nueva Gerona, la capital, y los núcleos poblacionales más cercanos son, la comunidad La Victoria, y Argelia Libre. Su morfología, con pendientes muy empinadas y abundante relieves pre montañosos, la hacen parecer mucho más elevada.

 

Por la supervivencia de sus recursos florísticos, desde el año 2001 se declaró un área protegida de recursos manejados; la Sierra de la Cañada fue la primera área protegida de la Isla de la Juventud en ser reconocida oficialmente.

 

Para su conservación se elaboran y ponen en práctica planes de manejo con acciones participativas, donde se involucraron técnicos y especialistas en el desarrollo y ejecución del mismo, además de los habitantes de las comunidades aledañas.

 

En ese quehacer intervienen miembros del Cuerpo de Guardabosque, Servicio Estatal Forestal, la delegación municipal de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), con la finalidad de aportar criterios y valoraciones acerca de las reglas establecidas para su desarrollo y evaluar cualquier irregularidad en el área.

 

El paisaje de la Cañada tiene rocas metamórficas ricas en minerales, como el grafito, esquistos mini Casio- plagioclasas – cuarzo- y cloritica, con mineralización sulfurosa diseminada, constituye el paquete rocoso más antiguo del sur de Cuba.

 

La frescura del paisaje está ligada a la humedad y su floresta con pinares sobre esquistos, bosques latifolios secundarios con abundancia de palmas, vegetación herbácea y lianas.

 

A su paso en la cañada se hallan bosques siempre verdes de galerías, aún en época de sequía, clasificados como productores de agua y suelos pocos degradados con valores desde el punto de vista económico, maderable, industrial, melífero y medicinal.

 

Este recinto de la geografía en la Isla de la Juventud es un fiel exponente de la fauna cubana, los mamíferos están representados por una especie endémica la Jutia Carabalí además de algunas variedades de murciélagos, se observan esporádicamente ejemplares aislados de Gamo, introducida con fines cinegéticos.

 

El plumaje multicolor y el trinar de las aves demuestran un excelente reino para esos animales en que se reportan más de 20 especies, como: cotorra, tocororo, carta cuba, zunzún y 2 endémicas en el rango de subespecie Carpintero jabado y Carpintero verde.

 

En la biodiversidad de la Cañada están los reptiles y anfibios destacándose la presencia de especies endémicas amenazadas, en las que se encuentra el majá de Santamaría, el jubo, culebras y ranas.

 

EL senderismo se pone en práctica en el área protegida, Sierra de la Cañada, para que los amantes de la naturaleza al ascender a la cima, reciban la atención del guía, conocedor de esos parajes que son un deleite a los ojos del visitante.

  • Sierra Las Casas

 

Es una de las sierras más importantes de la Isla y una de las dos que circundan a la ciudad de Nueva Gerona. Se encuentra al oeste del río que lleva su nombre, como también muy próxima ciudad. Está formada por dos cordilleras que corren de norte a sur en una extensión aproximada de cuatro kilómetros y dividida por un abra, varias cañadas y sus cuatros mogotes siempre verdes que van descendiendo progresivamente de norte a sur. La Casa del Sur es la más elevada con 310 metros sobre el nivel del mar, y La Casa del Norte con 260 metros.

 

Su presencia es majestuosa, en su larga extensión apreciamos la belleza y suaves ondulaciones de sus mogotes; curvas que la identifican desde cualquier punto de la geografía pinera; invitándote a que te llegue y disfrute de sus encantos que conllevará al más exquisito de los deleites al contemplar los paisajes del más allá, envueltos de sus diferentes verdes-azules de sus campos, mares, ríos y lagunas, donde ningún ser humano podría plasmar su variada naturaleza paisajística. Su vecino Sierra Caballo la observa impresionado y eternamente enamorado o envidioso de sus diferentes encantos atractivos.

 

Esta sierra data de la Era Jurásica, son impresionantes sus farallones; las cuevas y grietas. En ella se encuentra una gran riqueza por los valores culturales y sociales, arqueológicos, por su economía y por su flora y fauna.

 

Entre los valores históricos y culturales se encuentra el Monumento Nacional Finca El Abra en su ladera sureste; lugar donde permaneció José Martí desde el 13 de octubre de 1870 hasta el 18 de diciembre del mismo año. Estuvo allí por sus ideas políticas contra el colonialismo español, recuperándose de su delicada salud, quebrantada tras los horrores sufridos en las canteras de San Lázaro, antes de ser deportado a España.

 

Precisamente este museo se encuentra ubicada al pie de la Sierra de las Casas protegido por sus laderas en un lugar donde geográficamente existe un abra, y de ahí su nombre. Frente a él se extiende la fértil campiña que forma la cuenca del río Las Casas, protegida en su fondo por la esbelta Sierra Caballo.

 

Cerca del Museo del Abra, en las proximidades de las laderas de la sierra, existe un manantial que vierte sus aguas todo el año en un socavón artificial, producto de trabajos realizados en la minería, que se le denomina la Cueva del Agua. En sus recursos arqueológicos están los antiguos hornos de cal del siglo XIX, pertenecientes a D. José María Sardá, antiguo dueño de la finca El Abra.

 

Por las leyendas que se le atribuyen, resultan las cuevas Real, Hondón y las del Farallón un gran atractivo adornadas de estalactitas, estalagmitas y otras formas caprichosas de relieve; y en la Cueva del Indio se encuentran valiosas pictografías del arte rupestre. Hoy día, su riqueza faunística y florística se encuentra amenazada por la acción antropológica descontrolada. La conservación de esta maravilla natural requiere de manera urgente de un plan de rehabilitación y preservación de la fragilidad de sus ecosistemas y los valiosos recursos que conjuguen todos los intereses, tanto culturales, históricos, arqueológicos, económicos, sociales, como ambientales.

 

No se tiene una información detallada de la flora existente en Sierra Las Casas. Su estudio podría obtener resultados importantes de la diversidad de especies vegetales por el endemismo en la zona, dadas al aislamiento geográfico y ser uno de los primeros lugares emergidos en la historia geológica del país.

 

Su flora cuenta con una compleja vegetación exuberante en la que destacan en las quebraduras de sus laderas y elevaciones los musgos, helechos, acerácea, agavácea, sapotáceo, pasiflorácea, malvácea, cactácea, gramíneas y otras.

 

También hacen renacer variedades de especies endémicas y de importancia por sus diversos usos, que visten con densos matorrales espinosos y enredaderas varias de hermosos coloridos, algunos arbustos como el miraguano, el sabicú, la simaruba, la opuntia, el roble de olor, el almácigo, el guao, las pomarrosas,, el júcaro, la pendejera, lirios, maboas, el ceibón de la sierra, el agave y otras plantas pequeñas. El romerillo con diferentes gramíneas forman parte de la vegetación secundaria de los mogotes. Antaño, los árboles eran muy abundantes y de gran valor como el cedro, caoba, roble, yaya, güairaje, sabicú, etc.

 

Dada la actividad minera como las demoliciones y extracciones de mármoles, desbroce con equipos pesados, la actividad agrícola y la social y los incendios generados por los humanos y los naturales influyen en la degradación y empobrecimiento de la vegetación circundante; observándose otro tipo de vegetación, como el matorral secundario, herbáceos diferentes con árboles, arbustos dispersos, palmas y trepadoras que están transformando la originalidad del lugar y ocasionando pérdida en su superficie boscosa.

 

En cuanto a su fauna, se distingue un refugio importante por el número y variedad de especies que la habitan; fundamentalmente artrópodos, moluscos, quirópteros, reptiles, aves, roedores, insectos. La pérdida del hábitat es la principal causa de la desaparición de especies, influenciada principalmente por las acciones antrópicas en la naturaleza ejercidas por la actividad social que generan impactos ambientales. La base de esta sierra es llana, posee muy buena tierra roja para el desarrollo agropecuario; así como su abra que está encerrado de forma natural por altos acantilados. Los árboles, palmas y vegetación son abundantes, también lo es al sureste donde se encuentra la Presa Las Casas formada por el agua que corre de las sierras y mesetas adyacentes. Allí está ubicado en un ambiente paradisiaco el restaurante El Abra, destacado por una gastronomía exigente que ha sabido mantener durante años el buen servicio a la población.

 

En la parte oeste de esta abra, el terreno es más abrupto y sus pequeñas cañadas derraman sus aguas en el Arroyo de Los Muertos, donde su cauce natural ha desaparecido como consecuencias de construcciones de viviendas y caminos, labores agrícolas y lugar de vertederos de escombros y basuras.

 

Bajo su capa vegetal, los singulares mogotes encierran un inapreciable tesoro de mármol en las diversas variedades. Los mármoles de Las Casas se explotan desde hace dos siglos y se utilizan como material de construcción, piezas de enchapes de paredes y suelos, cubiertas, locerías, variadas artesanías, muebles, monumentos y de sus residuos se aprovecha distintos áridos y también se utiliza para la producción de cal.

 

La industria del mármol se desarrolla con las más avanzadas técnicas de explotación. Comercialmente se explotan las variedades Gris-Siboney y el Gris Perla; también se aprecia el color blanco y blanco perla en grandes bolsas de casi cinco metros de espesor de forma compacta y granulometría fina.

 

La sierra es un lugar de esparcimiento de la población y de muchas personas que visitan a la Isla. La contemplación del paisaje desde su cima es una de las ofertas naturales más importante y bella que puede ofrecer esta Isla.

 

Los acantilados perpendiculares predominan en casi todas las partes, especialmente en el norte y oeste. En estos momentos, las cimas de esta sierra son más accesibles en el sureste, frente al restaurante El Abra; el mogote más al sur y el más elevado. Se hace necesario reabrir los escalones tallados sobre la roca de sus laderas para su ascensión.

 

No obstante, nos aventuraremos iniciar la escalada a la cima del mogote más al norte y el de menos elevación, por el lado noroeste. Se inicia el camino por la entrada de la Cueva del Agua y después de una hora aproximada de fácil ascenso con algunos obstáculos vegetales y naturales alcanzamos la cumbre deseada.

 

Los muchos visitantes que desean disfrutar del paisaje naturalista, reciben la sensación majestuosa de superioridad sobre el panorama al aparentar dominar desde esa altura la gran extensión de la geografía pinera, que parece alcanzar con las manos.

 

El primer gran impacto es contemplar y disfrutar, desde esa altura, la maravilla del paisaje, que embellece con mil colores impactantes al privilegiado escalador; donde los rayos solares resplandecen sobre las aguas del río que lleva su nombre y desagua por su amplia desembocadura en nuestro Mar Caribe, que se pierde en el horizonte verde-azul confundiendo su límite con nuestro espectacular cielo, salpicados por algunos cayos próximos a la costa.

 

Observamos a nuestra izquierda la imponente Sierra Colombo adentrándose en el mar como gigante victorioso y hace parecer diminuto todo lo que le rodea; detrás se distingue Punta de Bibijagua (Morrillo de Bibijagua), que parece hundirse en el mar para emerger y unirse a su ascendencia Sierra de Bibijagua, formando en el conjunto de estas serranías una gran bahía y poseyendo playas hermosas, como Paraíso, el Gallego o Pescador y Estudiantes.

 

Si dirigimos la vista al frente y a la derecha de las sierras mencionadas, contemplamos en toda su extensión a nuestro vecino Sierra Caballo con sus laderas inaccesibles por todas sus partes, menos por el sur; que se asciende hasta la cima por una carretera donde hay instalada una gran antena televisiva que garantiza la comunicación a la población isleña. A sus pies vemos la fértil tierra roja que la rodea y la antigua ESBEC coreana. Su alta elevación y larga extensión oculta el reparto Delio Chacón y el Presidio Modelo.

 

Más al sur, se prolonga esta sierra con menos elevación, que es cortada por una carretera que une las vías de comunicación desde el Aeropuerto a La Reforma, próximo a ella está la presa Mal País 2, cercana al aeropuerto de la ciudad. Allá en la lejanía se observa una gran extensión del campo pinero salpicado por pequeñas elevaciones y algunas viviendas campesinas.

 

Detrás del rio Las Casas y cerca de su rivera se aprecia las instalaciones del Instituto Cubano del Petróleo (I.C.P.), los centros de las plantas de prefabricado y hormigón y el reparto de Sierra Caballo. Se aprecia una parte del río y algunas embarcaciones fondeadas en los muelles.

 

A tus pies, la ciudad de Nueva Gerona se contempla en toda su extensión. Se distingue sus repartos, cuadras, edificios destacados como el Hospital Héroes del Baire, el Nueve Planta, la Terminal Marítima, el mercado Abel Santamaría, sus calles alineadas y adornadas con el verdor del follaje arbustivo de calles y patios de viviendas, el Gimnasio Arturo Lince, el estadio de baseball “Cristóbal Labra”, la zona industrial, La planta termoeléctrica al sureste y en la base de la Sierra se contempla la cochiquera y una cantera en explotación que produce piedras y grandes piezas de mármoles, más al sur, extensiones de tierras cultivables.

 

La Sierra Las Casas es una de las joyas por explotar al mundo por ser unos de los lugares más atractivo y hermoso de la Isla; pero merece la atención de todos, encabezado por los diferentes organismos de gobierno en beneficio de su conservación y preservación al futuro.

  • Sierra Caballos

 

Está sierra con sus 295 metros de altitud sobre el nivel del mar, es considerada como la segunda elevación más importante de la Isla de la Juventud, después de sierra La Cañada con sus 305 metros, que es la más elevada de toda la Isla. Su longitud y anchura es menor que la de Sierra Las Casas que tiene 261 metros.

 

La sierra corre de norte a sur; al norte tiene Sierra de Colombo o Columpo (130m) y al noroeste la ciudad de Nueva Gerona y el Reparto Sierra Caballo; al sur está separada por un abra, Sierra Chiquita o Sierra Pequeña (147m) como la llamaban los pineros antiguos y Sierra Guanábana (59m) con su embalse; al suroeste el aeropuerto Rafael Cabrera Mustelier. Algunos geógrafos plantean que estas sierras son estribaciones de sierra Caballo; al este tiene a sus pies el Reparto Chacón, el Presidio Modelo; y más lejos al nordeste Punta de la Bibijagua y Sierra de la Bibijagua (93m); al oeste en la distancia su vecina sierra Las Casas, y más próximo el Río Las Casas.

 

Desde el mar, navegamos desde Batabanó y desde gran distancia por el norte de la Isla, rompe el horizonte una espectacular e impresionante imagen de la sierra; que parece agrandarse y absorbernos a medida que nos acercamos a la costa pinera; haciéndonos apreciar el embellecido paisaje que la rodea.

 

Si majestuoso se presenta en la distancia la inmensa y esbelta mole con su inequívoca silueta; también es apreciable su identificación, desde la mayor parte del territorio pinero. En la cercanía se aprecia un abrupto y escarpado relieve con grandes y pronunciadas laderas.

 

La sierra salpicada de pequeños arbustos, posee una vegetación escasa en todas sus laderas y en su cima, debido a los continuos incendios, que durante años ha padecido esta sierra; producto de la inconciencia del ser humano y por diversas causas naturales. No obstante, tiene la singularidad de presentar la recuperación de una vegetación frondosa y exuberante en un período de tiempo corto, cuando no existen incidencias que la afecten.

 

Antaño, en esta sierra abundaba una flora abundante y rica que solo se daba en estas sierras del norte pinero y que dejó de existir ya desde el siglo pasado.

 

Árboles maderables, como: algarrobo, almácigo, ateje, caguaní, cedro, ceiba, ceibón, copey, ébano carbonero, guaraná, jagua, jagüey, jigüe, jiquí, ocuje, palma real, quiebra hacha, roble, sabicú, varía, yaba, yaití y otros.

 

Frutales como: caimito, mango, mamoncillo, marañón. Medicinales como: guásima, guacamaya, jibá, jobo, jocuma, yagruma y yaya. Otros como la yerba de guinea, dormidera y guano.

 

Hay que estar consciente del retroceso y desaparición de muchas de estas especies; que deberían recuperar para regenerar de forma natural estas emblemáticas especies asociadas a su hábitat de siempre.Hay que mostrar una gran sensibilidad a la protección de estas áreas.

 

Respecto a su fauna, es pobre en cuanto a diversidad y cantidad. En mamíferos existen la jutía carabalí y el murciélago; en aves están el arriero, aura tiñosa, bobito chico, cartacuba, gorrión, judío, sijú platanero y tojosa.

 

No obstante; tras esas aparentes desnudas rocas, se nos muestra una diversidad sorprendente, que pocos nos podemos imaginar el tesoro que oculta: los moluscos terrestres pineros.

 

Se tiene conocimiento desde inicio del siglo XX, con el trabajo de J.B. Henderson en 1916, donde cita y resume 28 especies terrestres y 7 fluviátiles; indicando que la mayoría de las especies terrestres están confinadas en Sierra Caballo y Sierra Las Casas.

 

Es una de las faunas malacológicas más desconocidas e interesantes, que muy pocos naturalistas conocen. Algunos casi perdidos para la ciencia, como la Pineria Terebra y la Pineria Beathiana. Ambas de un género endémico y de los más bellos del mundo. Destacan otros géneros como: Priotocatella, Pineria, Ligus, Naesiotus y Cesión.

SIERRA CABALLOS 6

Ellos se localizan adheridos a sus laderas rocosas, en las hendiduras y pequeñas oquedades de las rocas, también en el suelo cerca de los paredones y rocas caídas, y en vegetaciones que cubran la sierra desde la base hasta su cima. Se debe tomar medidas urgentes de protección para conservar estas poblaciones únicas en el mundo, que están en grave peligro de extinción por diversas causas.

 

Casi toda sus laderas tiene paredones cortados perpendicularmente; pero donde se pronuncia muy especialmente es en su vertiente este (frente al Presidio Modelo), hay un acantilado perpendicular, que presenta afloramientos en sus laderas desnudas grandes bandas de mármol de color grisáceo de diversas tonalidades de hasta 3 metros de espesor, que constituye un rico recurso para la industrial del mármol, la escultura, la artesanía y otros materiales de la construcción.

 

Desde hace dos siglos, las extracciones y explotaciones mineras de sus mármoles son explotadas por sus buenas propiedades físicos mecánicas. El Presidio Modelo inició su construcción en 1926, con la casi totalidad de materiales provenientes de esta sierra y de sierra Colombo; al igual que Sierra de las Casas contribuyeron a la construcción de ciudades y de todas las obras efectuadas en la Isla de Pinos.

 

A los pies de todas sus vertientes; en una gran extensión, presentan suelos ferralítico rojos muy productivos y apropiados para la agricultura, donde sus cultivos variados, regados y protegidos por sus laderas presentan un recurso esencial e envidiable.

 

Para alcanzar su cima, es accesible por el lado sur;por una carretera que nos lleva a su cumbre donde están instaladas las torres transmisoras de televisión y radio.Para los amantes del parapente que disfrutan de tan bello y emocionante deporte, cuando desde su cima se lanzan al vacío.

 

Las vistas de sus paisajes son espectaculares, abarcando casi toda la extensión de la isla, como casi todos los cayos que circunvalan el norte y el este de la misma.

 

Los atractivos de esta sierra atraen a los amantes del montañismo que no pierden la oportunidad de aventurarse a subir a su cima más alta, escalando por sus verticales laderas. Durante el recorrido comprueban como el esfuerzo del ascenso se ve recompensado por unas magníficas panorámicas.

 

Aquellos que escalan su cima; no recuerdan el tiempo pasado en ella, ni tampoco de lo que hacen allí, porque se entregan por completo a la montaña en una relación íntima y sensitiva, quedando atrapados de sus propias fantasías. Un estremecimiento largo y profundo recorre el cuerpo cuando observan la base de la ladera este.

 

Es la zona donde se inició la construcción del Presidio Modelo, antes fue prisión militar de la colonia. El general Machado puso la primera piedra en febrero de 1926, causando la más dolorosa desgracia a esta bella tierra. No es hasta 1967, que queda desactivada como prisión.

 

Su historia abruma y deprime, parece no ser real y estar fuera de alcance del ser humano; que planeaban el exterminio de todos aquellos que ingresaban.

 

Muertos de hambre, sed, frío y plagas de mosquitos en las celdas, hacen interminables las largas noches; aullidos y gritos de hombres; ahogados en los pantanos entre el fango y los fusiles de aquellos soldados sin escrúpulos que derribaban a balazos a los que se resistían y aplicaban la ley de fuga; los que llevaban a la Fuente Luminosa para su limpieza y sirvieran de alimentos a los cocodrilos; estrangulamientos alevosos en las circulares; los arrojados desde los últimos pisos y reventaban contra el pavimento; las muertes por inyecciones en las mesas de operaciones; las extorsiones, torturas, fracturas, heridas que mutilaban y mataban; las violaciones, los asesinatos y suicidios.

 

La sierra no puede hablar, se siente triste; pero trasmite el dolor sufrido que padeció y sufrió, contemplando en silencio los vejámenes durante muchos años. En todo este tiempo, fue testigo silencioso de múltiples horrores, de hombres que eran cadáveres que sufrieron terrores indescriptibles, pánicos, torturas crueles, abusos y muertes.

 

Desde su cima veía pasar todos los días, meses, ….años, bajo el sol abrasador y la lluvia, las cuadrillas de presos que iban a trabajar a las canteras, a los fangales pestilentes de la Yana, la Fuente Luminosa, El Cocodrilo, la agricultura y construcción. Cuando volvían no todos de los que habían salido regresaban, algunos quedaron en el camino; volvían arrastrando los pies, agotados, hambrientos, aterrados, sucios de fango y de miedo.

 

Dicen de los escaladores, que reaccionan cuando empiezan a descender; el regreso no es fácil y se hace lento. Es como si el espíritu de la montaña los retuviera. Arriba queda la promesa sellada con gotas de sudor y miedo de aquellos sentimientos humanos que reciben y quedan transferidos por esa sierra a todos los que la escalan y rozan sus cuerpos en ella.

 

Algunos atrevidos y que gustan de hacer campadas nocturnas en la montaña, dicen haber escuchado ruidos, gritos y quejidos espeluznantes, sombras y pasos próximos a ellos, que le hacen recoger lo instalado y regresar de inmediato a sus casas.

 

Algunos vecinos de la zona creen que los espíritus de los que aquí murieron, recorren la zona con extrañas luces en movimiento y de distintas coloraciones, escuchan voces que provienen de la nada y atraen al que la escucha.

  • Sierra Colombo

 

Esta Sierra de Colombo o Columpo como la llamaban otros, es una prolongación de Sierra Caballo. Tiene una altura de 130 metros de altitud sobre el nivel del mar, y se encuentra al norte de la  Isla de la Juventud; antigua Isla de Pinos.

 

Su enorme promontorio se adentra en  las tranquilas y cálidas aguas del golfo de Batabanó, lo sitúa al norte. Al sur limita con el reparto La Caoba; está separada por la carretera que une Nueva Gerona con playa Bibijagüa, de Sierra Caballo, el reparto Chacón y el antiguo Presidio Modelo. Al este domina el golfo con las playas Paraíso, Pescador o Gallego y Estudiante y la islita Morrillo del Diablo, conocida hoy por la isla de Los Monos, limitándose con Punta de  Bibijagua. Al oeste tiene en su cercanía  una pequeña bahía con la playa Punta de Piedra (curiosamente desde este lugar, se le nombra así a la sierra); más lejos el reparto de Sierra Caballo,  río Las Casas y la ciudad de Nueva Gerona, capital de la Isla.

 

Esta Sierra,  desde la época colonial era motivo de estudio instalar una fortificación para defender la ciudad de Nueva Gerona por la entrada del río Las Casas. La posición era muy ventajosa, ya que protegería además,  los fondeaderos de las ensenadas de Colombo y de la Bibijagua; además, serviría de centinela para alertar de cualquier movimiento marítimo extraño a los intereses españoles.

 

A finales de la década de 1920; cuando la construcción del Presidio Modelo, se construyó el muelle del Penal en la ensenada de Colombo, frente a la isla de los Monos; trazándose una línea de ferrocarril con su locomotora que  se encargaba de trasladar materiales al Presidio.

 

Por ese muelle de El Columpo, hay una playa hermosa (llamada hoy Paraíso), donde desembarcaron cordilleras de presos, fueron miles de hombres trasladados desde la cárcel del Príncipe con sus bultos al hombro, sucios y aterrados caminaban por la carretera al pie de la montaña rumbo al Presidio;  donde muchos no retornaron a su vida familiar.

 

Según cuenta Pablo de la Torriente Brau, Aurelio Lara un viejo escolta de El Príncipe, que luego estuvo en Presidio donde lo conocí, le confesó la muerte de Arroyito. Dice que al trasladarlo al presidio de la Isla de Pinos con otros cinco presos, fueron todos asesinados. Esta cordillera de seis hombres nunca llegó a su destino, fue totalmente exterminada en esta sierra. Era el 28 de septiembre de 1928.

 

Se dice que Ramón Arroyo Suárez (a) Arroyito;José Ramos (a) el Moro; Luis Díaz Fuentes (a) Cundingo;Julio Enrique Pintado Martínez (a) Güelelea;Andrés Calderón Lima (a) el Mexicano y Julio Ramírez Ojeda estuvieron esposados y sentados a los pies del Columpo, frente al muelle donde desembarcaron del cañonero 24 de febrero a las 4 de la tarde; esperando que vinieran a recogerlo los escoltas del Presidio,  que siempre justificaron  no tener conocimiento del envío de esta cordillera de presos, y que por ese motivo llegaron por la noche.

 

Pablo escribía en su libro Presidio Modelo, que “La jauría de sargentos y cabos, todos expertos tiradores esperaron a la noche profunda y tuvieron la desmesurada osadía de que los integrantes de esta cordillera pretendían fugarse”.

 

“¡Esta era la cordillera exterminada!… ¡La más feliz de todas!… ¡La que no conoció la monstruosidad de El Cocodrilo, el asco de La Yana, ni la emboscada traidora del hospital!…”

 

Esta sierra se caracterizaba por sus árboles maderables de construcción para barcos y edificios, como: robles, cedros, sabicúes, yayas, jocumas, etc. Hoy día, solo existen arbustos y árboles como: dracos, lirios, guaos, maboas, etc.

 

En cuanto a su fauna, se encuentra habitada por moluscos terrestres que se desarrollan en su formación rocosa; por lo que muchos de ellos son endémicos y están amenazados por las extracciones de mármol e incendios.

 

El mármol de esta sierra es de color rosado pero muy calcificado y fracturado. Desde el siglo XVIII se explota su mármol; hay una cantera de áridos para la construcción, donde se muelen las rocas obteniéndose polvo de mármol, gravilla, macana y piedras de diferentes granulometría.

 

El ascenso a la cima de Punta Piedra por mar se hace casi inaccesible, por los elevados y verticales paredones que la envuelve. Hay numerosas y enormes piedras que parecen haberse desprendido de su cima rodean esta sierra; grutas bajo y arriba de la superficie del mar que sirven de refugios de peces y de algún animal terrestre. Presenta un escarpado y enorme acantilado; a igual por el este, donde se encuentra Punta Colombo; no obstante, al sur el ascenso se puede efectuar a buen ritmo por una pendiente suave, con salvables obstáculos y no ofrece dificultades técnicas su escalada.

 

Para el escalador, su cima ofrece atractivas vistas, proporciona a Nueva Gerona el mejor mirador posible y su máximo esplendor visual, así como el río Las Casas y la inmensidad del mar Caribe, poblado de innumerables cayos. Un encanto para los naturalistas y para aquellos que gusten pasar un día inolvidable.

Cuevas

 

 

  • Cuevas de Punta del Este

 

Se encuentra ubicado en el extremo sur oriental de la Isla de la Juventud. Llegar a este lugar desde Nueva Gerona por la única vía de comunicación terrestre, distan unos 60 kilómetros aproximados.

 

Saliendo de Nueva Gerona por la autopista en dirección Santa Fe, bordeamos esta ciudad y continuamos hacía el sur por una estrecha carretera poco cuidada; pasamos por el poblado de Mella hasta llegar al límite de La Ciénaga de Lanier, que hay un puesto fronterizo custodiado por tropas de guardafronteras. Recorremos el camino de terraplén hasta Cayo Piedra, doblamos en el primer desvío a la izquierda; pues el camino prosigue hacia el sur, que nos llevaría al poblado de Cocodrilo (antiguo Jacksonville).

 

Continuamos por el terraplén, y pasamos muy próximo a la estación meteorológica de Punta del Este, para culminar finalmente en el extremo este de La Puntilla.

 

La zona se extiende por espacio de tres kilómetros hasta La Punta de Seboruco. Se trata de un acantilado que penetra tierra adentro con 33 kilómetros cuadrado de extensión, donde existe una rica biodiversidad, en la que destacan la exuberante vegetación y una rica y diversa fauna terrestre y marina. Desde el punto de vista patrimonial, el lugar adquiere renombre por la presencia de un sistema cavernario de cuatro cuevas.

 

En un farallón calcáreo, a unos 200 metros de la playa se encuentra la Cueva Número Uno, también ha sido identificada como de Los Indios, del Humo y de la Isla. En ella se observan 213 pictografías, que representan la casi tercera parte de las halladas en todo el país; motivo que provocó al sabio cubano Fernando Ortiz, llamarla “La Capilla Sextina del Arte Rupestre Caribeño”. Está declarado Monumento Nacional desde 1979 por la Comisión Nacional de Monumentos.

 

La primera referencia sobre esta cueva aparece en el libro “A través de Cuba” del geógrafo francés Charles Berchon publicado en 1910, pero recoge los datos en 1903 cuando naufragó por ese lugar. En este libro el autor reseña brevemente la descripción de la cueva que hiciera el Dr. Freeman P. Lane: “gruta profunda de 50 pies con bóveda agujereada en chimenea y paredes adornadas de dibujos indios”.

 

Catorce años más tarde, en 1917, el ingeniero C. N. Ageton recoge, en su “Guano de murciélago en Cuba”, cuatro planos de grutas, una de ellas pertenece por su descripción topográfica, a la llamada “Cueva de Isla” (apellido de la persona que la habitaba en ese momento), hoy Cueva Número Uno de Punta del Este (Núñez Jiménez, 1947).

 

No es hasta 1922, que se logran las primeras informaciones de interés arqueológico, con la visita que efectuara a la cueva Fernando Ortiz, quien en su reporte oficial del 24 de mayo, asegura el descubrimiento de los restos de un “templo precolombino”, con sus consiguientes derivaciones “prehistóricas”: la identidad de una civilización siboney.

 

El Dr. René Herrera Fritot (1938) reproduce, íntegramente, el primer reporte oficial de la Cueva Número Uno, efectuado por Fernando Ortiz y que hasta la fecha nunca fue publicado. Los descubrimientos arqueológicos, constituye la segunda parte a esta investigación y que Don Fernando tuvo muchos inconvenientes de proseguirla, pudiera haber conspirado en la demora de dicho informe. Se conoce que en 1929 vuelve a visitar la cueva y que de aquel viaje, queda como testimonio la foto que le sacara al emblema “flechiforme rojo” del Motivo Central. Es la fotografía más antigua realizada a dibujos rupestres indo cubanos.

 

Después de Ortiz, visitó esta cueva el Dr. Carlos de la Torre, que recogió muchos objetos que abundaban dispersos por el suelo y bajo tierra, y que el citado profesor nunca publicó sus observaciones, ni expuso los hallazgos encontrados. Otro que estudió de manera paciente y cuidadosa la cueva, fue el alemán Dr. Topsius y que nunca reveló el resultado de sus investigaciones.

 

Ya en 1937, Herrera Fritot había efectuado excavaciones en la zona, a fin de encontrar evidencias de algún asentamiento. Encontró un abundante material arqueológico perteneciente al ajuar siboney, es decir, de la cultura más inferior de las Antillas: rústicos percutores, piedras planas de bordes cortantes, astillas o lascas de sílice, restos de conchas de moluscos, vasijas de concha, cucharas, platos, pico, morteros.

 

A partir de la expedición `protagonizada por Fritot, aparecen diversos estudios y análisis de procedencia y paternidad sobre estos ideogramas. Crea polémica entre los especialistas y se verán enfrentadas opiniones de los autores, pues hay una gran diferencia entre el material arqueológico hallado de tan tosca y primitiva confección y los dibujos parietales. Se verán enfrentadas opiniones como la de los investigadores cubanos de la ciencia arqueológica, como Fernando Royo Guardia, José Antonio Cosculluela, Grupo Guamá y la Sociedad Espeleológica de Cuba presidida por el doctor Antonio Núñez Jiménez en épocas más recientes.

 

Las comprobaciones hechas por el Dr. Antonio Núñez parecen demostrar por sus investigaciones llevadas a cabo desde 1967, que Punta del Este es como un observatorio, capaz de permitir a la persona que se sitúa en el centro de la bóveda apreciar el movimiento aparente del Sol, desde el Solsticio de Verano al Solsticio de Invierno; desplazándose el disco solar hacía el Este, al llegar el 22 de Marzo, Equinoccio de Primavera, el astro rey se ubica en el medio de la entrada, incidiendo su luz sobre el conjunto pictográfico, donde un aparente falo rojo penetra una serie de círculos concéntricos. El Sol continúa su carrera cada amanecer hasta el 22 de diciembre, Solsticio de Invierno, en que el mismo parece detener su movimiento iluminado el Motivo Central.

 

La generalidad de la pictografía de esta cueva, las cuales adornan techos y paredes, está constituida por 56 círculos concéntricos en armoniosas e ininterrumpidas series coloreadas, donde alternan los 28 colores rojos y el resto en negro. Según Ortiz, simbolizan el cómputo del mes lunar. Los círculos rojos representan el día y los negros las noches. Superpuesta a esta pictografía ovoide hay una extensa flecha roja apuntando directamente al este.

 

En el lugar encontramos una claraboya, que desde el interior de la cueva, se distingue el tránsito del planeta Júpiter y de la Luna. También hay dibujada, lo que parece ser una serpiente con anteojos. Otro símbolo que parece ser astronómico es el de la Cruz, cuyas aspas aproximan los puntos cardinales. Los símbolos de la procreación, la fertilidad y el Sol animando la vida, se puede contemplar igualmente con toda su atmósfera fascinante.

 

Dentro del gran Motivo Central descubrimos 13 círculos negros que indicarían los 13 meses lunares. A la vez, aparecen pintados dos núcleos de 4 círculos, uno color rojo, representando la órbita solar con sus equinoccios y solsticios, el otro de color negro, su equivalente para las fases de la órbita lunar.

 

En otras expediciones dirigidas por Núñez Jiménez (1959), tuvo lugar el descubrimiento de un enterramiento de huesos humanos teñidos de rojo; fragmentos de un frontal y mandíbula en la Cueva Número Dos. Evidente muestra de la preocupación de estos antiguos hombres por la vida después de la muerte.

 

Posteriormente, en 1972, el arqueólogo José Manuel Guarch Delmonte descubrió una buena cantidad de restos humanos pintados de rojo. No se advierten deformaciones artificiales en los cráneos, por lo que se descarta la cultura taina.

 

Es muy difícil interpretar a ciencia cierta, que quiso decir el aborigen pinero; la cuestión no estriba solo en su falta de escritura y en el aislamiento de esos hombres respecto a los tiempos históricos, el mensaje está plasmado, pero que aún no hemos sido capaces de saber que quisieron decir. Queda mucho por descubrir.

 

Por constituir un importante testimonio gráfico y silente de la prehistoria y por sus altos valores naturales, este monumento debe ser cuidado y preservado como legado patrimonial para las futuras generaciones.

  • Cueva de Finlay

 

Cueva situada en la ensenada de Caleta Grande, en la costa sur occidental de la Isla de la Juventud. En ella se hallaron 14 pictografías con series de círculos concéntricos en negro y rojo, muy semejantes a los de Punta del Este por lo que forman parte de la llamada cultura de los círculos. Explorada por el grupo Alejandro de Humboldt en 1977.

 

  • Cueva El Indio

 

Localizada en la ladera oriental de Sierra de Casas, esta cueva conserva 2 pictografías, una de color rojizo formada por 5 círculos concéntricos, y otra formada por 2 círculos irregulares entrelazados que semejan dos rostros de búhos. Ha sido explorada por el arqueólogo Manuel Rivero de la Calle.

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