Bruno Hernández Blanco

Nace en 1865 en la zona de San Pedro, en las cercanías de lo que es hoy el poblado de Argelia Libre. Su padre Bruno Hernández procedente de Batabanó, contrajo matrimonio con la pinera Belén Blanco, la séptima de diez hermanos, todos nacidos y criados en Isla de Pinos.

 

Bruno desde muy pequeño se inicia en las distintas faenas agrícolas ayudando a la familia, no había tarea que no ejecutara con mucha responsabilidad, siempre dispuesto a colaborar en todo. Se hace un hábil cobijador, iniciándose primero en los cobijos de los bohíos de la familia, para después hacerlo a todos quien lo necesitara.

 

Su carácter extrovertido, buen trabajador y siempre dispuesto ayudar le hace congraciarse con todo el vecindario, que ven en él a una persona en quien depositar su confianza.

 

En ese tiempo, Isla de Pinos era utilizada como lugar de confinamiento de valerosos cubanos que habían participado en las gestas de  1868, 1878 y el inicio de la guerra que comenzó en 1895.

 

Ese año 1896, la Isla se encontraba en el mejor momento para desarrollar un movimiento insurreccional. La campaña de occidente dirigida por el General Antonio Maceo había revolucionado en todas las provincias, no quedaba excluida el territorio pinero.

 

Los deportados encendieron las ansias de libertad en los pineros; aumentando sus deseos de incorporarse a la contienda del 95. Pudieron lograr y organizar  en los jóvenes pineros como Bruno, un considerable grupo para iniciar en el momento más favorable un levantamiento armado.

 

Bruno pertenecía a esta organización de descontentos que luchaban por la independencia del país. Era el encargado de organizar las milicias y reclutamiento de este grupo. Los conspiradores organizaron las fuerzas y distribuyeron las distintas misiones a realizar en la acción.

 

El plan elaborado era:

 

  • Secuestrar al coronel José Bérriz, jefe de guarnición de la Isla, hombre de confianza de Valeriano Weyler y obligarlo a deponer las armas.

 

  • Cuartel de Caballería Ocupar el Cuartel de Caballería, tomar las armas y distribuirlas entre los complotados.

 

  • Capturar la cañonera que se encontraba en el muelle y con ella dirigirse a Pinar del Rio y unirse a las fuerzas de Maceo.

 

  • El deportado Félix Arias Segrera, que fungía como Ayudante del coronel español, operaria como informante de los insurrectos, y el día del levantamiento sería el encargado de concertar el encuentro amoroso de Bérriz con Evangelina Cossío, joven no mayor de 20 años y de una gran belleza, en la casa de ésta en horas de la noche, una vez garantizado que el padre Agustín Cossío que por sus ideas separatista estaba deportado en la Isla y la hermana Carmen fueran trasladados al poblado de Santa Fe y de esa manera garantizar la operación como estaba previsto. Su vivienda estaba situada, donde se encuentra actualmente el parque José Antonio Echevarría, en la calle Dionisio Vives (calle 37), esquina a calle de la iglesia (calle 28).

 

  • Emilio Vargas con 10 hombres se encargaría del apresamiento del coronel español, cuando éste entrara a la casa de Evangelina motivado por la cita que supuestamente le había hecho llegar. El militar español estaba muy interesado en ella. Momento preciso para que los insurrectos lo apresaran y obligarle que se rindieran los soldados del cuartel y firmara la capitulación planeada.

 

  • Bruno Hernández Blanco tenía la misión de entrar al frente de la caballería de los insurrectos en Nueva Gerona y tomar el cuartel, mientras se efectuaba el apresamiento de Bérriz.

 

El día del levantamiento fue escogido para la noche del 26 de julio de 1896, pues igual que en otros lugares de Cuba, los pineros celebraban el día de Santa Ana, en Nueva Gerona se celebraban peleas de gallos, carreras de cintas a caballos, bailes y otras actividades.

 

Estas festividades se iniciaban desde bien temprano y  duraban hasta altas horas de la noche, lo que garantizaba el movimiento de personas y de grupos con caballos sin causar sospechas. Los independentistas aprovecharían la oportunidad para agrupar a todos los jóvenes de la Isla que poseían cabalgadura, muchos de ellos procedían del poblado de Santa Fe.

 

En la noche del 26 de Julio de 1896, todo comenzó según lo planeado. Bérriz cayó en la trampa, entró en la casa de Evangelina y apenas abrió la puerta de la habitación, se encontró con las pistolas y los hombres de Emilio Vargas, quienes le ordenaban que firmara el documento de rendición de la plaza.

 

Bérriz aceptando la orden y ganándose la confianza de Varga, da un salto y se abraza a Evangelina protegiéndose con su persona y dando gritos para que los soldados que le acompañaban y estaban fuera de la vivienda lo oyeran y derribaran la puerta, iniciándose un intenso tiroteo que obligó a los insurgentes retirarse a caballo.

 

En el momento que Emilio Vargas intentaba escapar fue herido y posteriormente capturado en una casa en la entonces calle Tejar (actual calle 22 entre 43 y 45), más tarde fue fusilado en el cementerio de Nueva Gerona.

 

El pinero Rosendo Betancourt hizo el disparo de aviso desde el tejado del edificio ubicado en las calles San Clemente y Vives, que sirvió de señal  para que avanzara la tropa que dirigía Bruno, logrando escapar momentos antes que fuera tomado por los soldados españoles que formaron un frente para proteger al coronel Bérriz de posibles ataques de los insurrectos.

 

Bruno Hernández Blanco al frente de la caballería logra entrar por el puente del rio Las Casas, dirigiéndose por la calle del Río (actual calle 35) hasta la valla de gallos, ubicada en la esquina de la calle San Clemente (actual calle 26), donde se encontraba otro grupo de insurrectos para incorporarse a la tropa para continuar hasta la calle Vives (actual 37) para llegar al edificio del cuartel de caballería (hoy escuela Josué País). Momentos antes de llegar a Vives fueron sorprendido por las tropas españolas, ya emboscadas y con conocimientos de los sucesos, provocando desorganización en la vanguardia del grupo quedando separados del grueso de los asaltantes.

 

Cuando comienzan a llegar la avanzada de la caballería independentista y obligada a cabalgar hasta la calle Pinillos,  se produce una descarga cerrada de fusilería del ejército español, el joven Bruno fue el primero en caer mortalmente herido, según testimonio de Serafín Fernández, quien cabalgaba junto a él. Allí cayó herido de muerte, en la propia esquina de 26 y 39, cerca de las columnas de la edificación. Se convirtió en el primer hombre del territorio pinero que derramaba su sangre por la independencia de Cuba.

 

Comienza de inmediatamente la cacería de los hombres que participaron en los hechos, algunos lograron llegar a las montañas. Un grupo de complotados pudieron refugiarse en la finca San Juan, donde su propietario Gilberto García del Prado los presentó a las autoridades con la seguridad de que le respetarían sus vidas, de igual forma actuó el hotelero de apellido Villalonga.

 

El grupo de los tres hermanos de apellido Pimienta, deportados políticos de Pinar del Río buscaron  refugio en la finca La Concepción, administrada por un mayoral español, que más tarde los entregó a las autoridades coloniales, los que fueron hechos prisioneros y asesinados. Fueron sepultados a flor de tierra en la ribera  del arroyo de Los Muertos.

 

El poeta repentista Juan Iturriaga fue hecho prisionero en un mangal de San Pedro, donde fue hecho prisionero y mal enterrado en el sitio conocido como Tierra Hundida, en la zona comprendida entre Mal País y Los Almácigos.

 

Félix Arias Segrera no se presentó en ninguno de los lugares del levantamiento, según se supo, pudo esconderse en una de las casas de Nueva Gerona.

 

Evangelina Cossío encontró refugio en la panadería de la familia Rosendo Betancourt (actual calle 26, entre 37 y 39), donde es detenida y luego recluida en la cárcel del Cuartel de Caballería. No se tuvo en cuenta su condición de mujer, fue maltratada y vejada, permaneció dos días sin ingerir alimentos, después fue trasladada a Batabanó junto con los demás prisioneros.

 

Aquí permanecieron otro día atados hasta que fueron llevados en tren hacía La Habana, los hombres a La Cabaña y la joven a la Casa de las Recogidas San Juan Nepomuceno, prisión de mujeres.

 

Este levantamiento del 26 de Julio de 1896 no solo tuvo una gran repercusión en Cuba, sino que salieron de las fronteras nacionales cuando los norteamericanos pusieron sus ojos en la figura de Evangelina Cossío, como posible instrumento para argumentar ante el pueblo de los Estados Unidos, los proyectos de intervención en la guerra que contra España ya venían preparando.

 

La intervención de William Randolph Hearst, propietario de la más importante cadena de periódicos de los Estados Unidos. Diseñó toda  su maquinaria propagandística sensacionalista haciendo saber al mundo de los vejámenes y atropellos que sufría Evangelina Cossío, la Juana de Arcos de Cuba como la llamaban, a manos de sus verdugos españoles en la prisión de Mujeres de La Habana. Tal fue desarrollándose los acontecimientos, que los principales órganos de prensa amarillista de aquella nación en sus campañas, lograron  que la figura de Evangelina llegara a todas las clases políticas de las naciones de Europa y a oídos del Papa.

 

La patriota fue condenada a 20 años de prisión, aunque se le había solicitado la pena de muerte. La fuga de la heroína fue subvencionada por Hearst mediante sobornos y la inmiscuición del Consulado norteamericano; lo que permitió su llegada a Nueva York, el 13 de octubre de 1896 en medio de un espectacular recibimiento.

 

Sería injusto no relacionar los participantes que intervinieron de una forma u otra en los acontecimientos del levantamiento del 26 de julio de 1896, son:

 

  • Bruno Hernández Blanco. El primer caído en los hechos.
  • Emilio Vargas. Capturado en Nueva Gerona y ejecutado.
  • Juan Iturriaga. Capturado cerca de Santa Fe y asesinado.
  • Los tres hermanos Pimienta. Capturados cerca de Nueva Gerona y asesinados.
  • Miguel María Blanco Pantoja. Herido y condenado a prisión en La Cabaña.
  • Manuel Narciso Hernández Llorca. Condenado y fallece en La Cabaña.
  • Hilario Pantoja Soto. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Cecilio Soto Pantoja. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Pastor Pantoja Nuviola. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Juan F. Pantoja González. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Ángel Soto Pantoja. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Tabio Soto Hernández. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Serafín Fernández García del Prado. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Enrique Mateo. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Manuel M. Soto Pantoja, Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Cornelio Soto Pantoja. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Generoso Soto Pantoja. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Enrique Soto Pantoja. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Eustaquio Soto Pantoja. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Pablo Llorca García. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Higinio Llorca García. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Domingo Soto Prado. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Jacinto Soto Prado. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Patrocinio González Soto. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Pánfilo Hernández Llorca. Condenado a prisión en La Cabaña.
  • Evangelina Cossío. Condenada a prisión en La Casa de Recogidas de La Habana y rescatada por los norteamericanos.
  • Abelardo Pantoja Flores. Escapó y logró evadir la prisión.
  • Rosendo Betancourt. Escapó y logró evadir la prisión.
  • Pedro Pantoja Flores. Escapó y logró evadir la prisión.
  • Manuel Rodríguez Cajides. Escapó y logró evadir la prisión.
  • Félix Arias Segrera. No pudieron procesarlo, por falta de prueba de su participación.

 

Solo Bruno Hernández murió en la acción de aquel 26 de Julio de 1896. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Nueva Gerona. En el Registro Civil de Nueva Gerona consta, que el paisano insurrecto Bruno Hernández Blanco, muerto en el encuentro tenido con las fuerzas rebeldes en la noche de ayer. Dios que a Ud. Guarde. Nueva Gerona 27 de julio de 1896. El capitán Instructor Eduardo Alegre – Sr. Juez Municipal de esta localidad.

 

Este levantamiento independentista tuvo un gran significado para la historia pinera y para Cuba, donde reconocieron el valor de los complotados. Cada año los pineros celebran la fecha y marchan de forma patriótica, desde el centro de la ciudad de Nueva Gerona hasta el cementerio, donde se alza un monumento a la memoria de Bruno Hernández.

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