Geografía política
Mujeres 42.571 y hombres 43.849.
Tasa de natalidad (por mil) es de 12,6.
Tasa de mortalidad (por mil) es de 5,6. La infantil es de 2,8. Las más baja del país.
Posee 58 asentamientos, de ellos 9 urbanos y 49 rurales.
Habitantes por centros urbanos:
Nueva Gerona: 46.923
Santa Fe, 15.348
La Demajagüa, 5.887
Patria, 5.678.
Delio Chacón, 2.064
La Reforma, 1.750
Argelia, 709
Atanagildo, 873
La Victoria, 953
Relacionamos los principales asentamientos rurales, caserío, comunidades o distrito:
Pino Alto, 1.031
Comunidad 49, 460
Ciro Redondo, 397
Cocodrilo, 350
Patricio Lumumba, 316
Mal País. 301
Batey Patria, 301
El Tronco, 281
Julio Antonio Mella, 256
La Caoba, 225
Briones Montoto, 214
La Tumbita, 210
Batey La Isabel, 209
El Caolín, 187
La Melvis, 186
Peralejo, 152
El Abra, 145
Libertad, 145
Las Monjas, 124
Los Mangos de Chacón, 114
Distrito Libertad. 110
Los Colonos, 105
El Fanguito, 100
Los Fernández, 96
Los Mangos La Fe, 96
Sao del Indio, 95
La Casona, 91
San Pedro, 86
La Avanzada, 83
Frank País, 81
La Sigüanea, 74
Columbia, 73
Matadero, 72
Norman Nelson, 72
Carretera del Júcaro, 71
El Tejal, 69
El Bosque, 68
El Chalet, 68
Presa Cristal, 67
Cuatro Caminos, 64
Envasadero, 62
Playa Bibijagüa, 61
Estadísticas sacadas de la OFICINA NACIONAL DE ESTADÍSTICAS – http://www.one.cu/
COMUNIDAD AMERICANA
La isla de Pinos (Isla de la Juventud), fue colonizada, primero por los españoles desde 1494 – 1898, luego por Estados Unidos de Norteamérica en dos etapas: primera etapa desde 1898 – 1925 junto con la ocupación militar de Cuba, y fue posesión de ellos hasta 1925 (13 de marzo de 1925), en que el tratado Hay-Quesada fue ratificado, después de más de 21 años de disputas; y segunda etapa desde 1955 – 1958.
En 1925 la inmensa mayoría del territorio pinero era propiedad de estadounidenses, y entre los asentamientos poblacionales más importantes se encontraban: Los Indios, Columbia, San Pedro, Santa Bárbara.
Dos meses antes de ratificarse dicho tratado, existían en Isla de Pinos más de medio millar de norteamericanos. Un año después, cuando el ciclón de 1926 atacó fuertemente a la Isla afectando propiedades y cultivos de norteamericanos, se produjo una emigración sustancial de estadounidenses. En 1931 ascendían tan sólo a ciento cuarenta y cinco, casi todos propietarios.
A la Isla llegaron inmigrantes de muy diversas latitudes: chinos, japoneses, italianos, canadienses, ingleses, húngaros, polacos, rumanos, suizos, austriacos, franceses, españoles, holandeses, griegos, búlgaros, rusos, caimaneros, jamaicanos, entre otros.
Era evidente que el gobierno cubano, de aquel entonces, estaba interesado en que hubiese un adecuado balance de inmigrantes que permitiese romper con la hegemonía norteamericana.
Los colonos y granjeros norteamericanos se dedicaban principalmente al desarrollo del cultivo del cítrico, contaban con equipos de mecanización, regadíos, inclusive de packing house.
Se puede caracterizar la agricultura de los inmigrantes norteamericanos como una agricultura extensiva basada en una infraestructura tecnológica para todo el ciclo productivo y la comercialización; y el apoyo del gobierno de los Estados Unidos de América.
Numerosas firmas de EUA comenzaron a funcionar en dicha Isla. La primera, en 1900, sería la «The Isle of Pines Company», y le siguieron «The Santa Fe Land Company», «The Almacigos Spring Land Company», «The Isle of Pines Development Company» y otras. Pronto el periódico «The Isle of Pines Appeal» se convertiría en el vocero de ellas.»
Más aún, según testimonio de Norma[2]en el año de 1945 se acababa de desmantelar la base de zeppelines que existió en los alrededores del poblado de Santa Fe, que luego se convertiría en aeropuerto.
La familia Mills contaba con barcos para el transporte marítimo y tenía un aeródromo a la entrada del «túnel de matas de gomas» en las inmediaciones de Santa Bárbara.
En el año 1945 ya existía desde hacía más de una década la «The American Central School dicha institución, en la que estudiaban los hijos de los norteamericanos; abarcaba primaria, secundaria básica y preuniversitario o bachiller y que más tarde se extendió para todos los nacionales que tuviesen posibilidades de financiar los estudios.
En Isla de Pinos hay dos cementerios norteamericanos, situados: uno en Santa Bárbara y el otro en Columbia, los que confirma lógicamente la cantidad y dispersión de inmigrantes norteamericanos que habían en la Isla.
El Estero de Pinos era parte del West Port (Puerto del Oeste), ubicado cerca de la playa de Buena Vista, por este puerto embarcaban productos con destino a los Estados Unidos vía marítima.
En este contexto comienza a surgir la inmigración japonesa. Como es conocido, los primeros inmigrantes comienzan a cultivar el pimiento, la berenjena, y otras hortalizas; aprovechando el espacio que ya existía en el mercado estadounidense, utilizando terrenos arrendados a dueños norteamericanos. Esta era la característica fundamental de la inmigración japonesa en las primeras décadas del siglo XX, en las que la presencia norteamericana era muy significativa.
Según las exigencias del mercado los diferentes productos cambian su importancia, así van alternando los cultivos del pimiento, la berenjena, el tomate, el pepino, el melón los cuales siguieron las expectativas del mercado estadounidense.
Para los años finales del 20 y los primeros del 30, se deprime el mercado estadounidense y en esta época muchos japoneses decidieron marcharse de regreso para Japón.
Según testimonio del Sra Kaoru, en el año 1934 en la zona de Santa Bárbara, habían alrededor de 50 japoneses, dedicados la inmensa mayoría al cultivo del pepino y dado que este cultivo exige tierras con alto contenido orgánico, era necesario «romper monte» para lograr tierras vírgenes donde se obtenían los mejores rendimientos, y así fueron centenares de hectáreas recuperadas de los montes para sumar a las tierras cultivables. Después de la segunda guerra mundial se continuaba el cultivo del pepino, pero se amplía la del melón.
No todos los japoneses eran ya expertos agricultores antes de su arribo a la Isla, en ello jugó un papel importante las asociaciones o cooperativas organizadas entre los inmigrantes japoneses los cuales se transmitían las mejores experiencias en los diferentes cultivos y así socializando la cultura de la agricultura, llegaron a imponer producciones altamente competitivas no superadas por ningún otro productor nacional o extranjero, en ningún momento de la historia de la agricultura pinera hasta la actualidad. Ejemplo de ello están en los famosos melones pineros cultivados por manos de los inmigrantes japoneses.
A diferencia de los norteamericanos, los inmigrantes japoneses no contaban ni con el apoyo de su gobierno y por ende ni de los medios e implementos tecnológicos y mucho menos de la infraestructura productiva y comercial que garantizara el ciclo productivo y comercial Ahora bien, ellos también tenían que realizar la comercialización de sus producciones y es aquí donde entraban en juego los intermediarios los que se aprovechaban de las dificultades comunicativas de los inmigrantes japoneses , llegando a constituir prácticamente un monopolio entre ellos que dominaban los procesos de la comercialización en la Isla.
La agricultura citrícola pinera fue introducida y desarrollada por los norteamericanos fundamentalmente, aplicando tecnologías y alto nivel de mecanización, con la característica de una agricultura extensiva, antes de 1959.
Bibliografía
1. Álvarez, R. and M. Guzman (2002). Japoneses en Cuba. ISBN 959-7091-34-8.Edición.financiada por The Japan Foundation y el Ministerio del turismo de Cuba.
2. Lobaina Galbán, M. (1987). Isla de la Juventud, Mapa conmemorativo. Nueva Gerona, Instituto Cubano de Geodesia y Cartografia.
3. Oropesa Barceló, N. (2004). La sociedad de la colonia Japonesa de la Isla de la Juventud. Nueva Gerona, Ediciones El Abra. ISBN959-276-010-1
COMUNIDAD JAPONESA
Es asombroso comprobar cómo Japón, un país que fue cómplice de la Alemania nazi y de la Italia fascista durante las barbaries cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, y que sufrió el terrible impacto de dos bombas atómicas lanzadas por los Estados Unidos en dos de sus indefensas ciudades, surgió entre las cenizas de la derrota y hoy es considerada una de las principales potencias económicas del mundo.
Las relaciones de Cuba con este país se remontan a muchos años atrás. Les cuento: como otros pueblos del mundo, en 1868 muchos japoneses abandonaron su país en busca de mejores condiciones de vida. Así los hijos de la tierra del sol naciente llegaron a la tierra del sol caliente, convirtiéndose de ese modo en Dakasequi, vocablo japonés que designa a las personas que por diferentes causas abandonan su país.
En 1914, cuando solo había en Cuba 60 japoneses, llegó un inmigrante de nombre Fuyihiro, quien posteriormente trajo 67 japoneses, los que se establecieron en la región de Santa Clara y Trinidad. Al día siguiente crearon la Asociación de Productores Japoneses.
Los japoneses continuaron llegando en la década del 20 del siglo pasado. Así se creó la Cooperativa Agrícola de Isla de Pinos, presidida por Masashi Yoshizna en 1933, así como el grupo de Tomehachi Kabagashi, todos en la entonces Isla de Pinos.
Un episodio dramático ocurrió durante la Segundo Guerra Mundial cuando la mayoría de los japoneses son internados en la prisión de Isla de Pinos, pues el gobierno de Fulgencio Batista consideró que por su nacionalidad, eran potenciales enemigos. Esta injusticia lógicamente afectó al colectivo de japoneses, así como a muchos amigos personales de esta productiva colectividad, pero finalizada la guerra, de nuevo se impuso el amor a la tierra y los japoneses continuaron presentes en muchos rincones de Cuba.
Si usted desea acercarse al mundo de la belleza y la cultura de este gran país asiático, debe visitar el Jardín Japonés en el Jardín Botánico Nacional, y también puede llegarse al museo de Asia, en la calle Mercedes 111, en nuestra Habana Colonial. Están invitados.
* Para conocer más sobre la inmigración de los japoneses a Cuba, PULSA AQUÍ
* Libro relacionado sobre los Japoneses en la Isla de la Juventud, PULSA AQUÍ
COMUNIDAD CAIMANERA