Reconocido como la figura política más universal de su tiempo. Está considerado un símbolo de la lucha por la libertad de América. Escritor, poeta, periodista, ensayista, traductor, crítico de arte y literatura,  traductor, diplomático al servicio de varios países, catedrático de lengua inglesa, literatura francesa, italiana, alemana y de Historia de la Filosofía y político. Organizó un partido, un ejército, y una guerra triunfante que le permitió la independencia de Cuba.

 

Nace en La Habana el 28 de enero de 1853 y fallece combatiendo en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895. Su padre, Mariano Martí Navarro, era sargento de artillería natural de Valencia y su madre, Leonor Pérez Cabrera oriunda de las Islas Canarias. Fue el mayor de siete hermanas. El hogar de Martí no era pobre, pero si humilde. Desde pequeño acompañaba a su padre en los diferentes empleos y destinos donde lo ubicaban.

 

Cuando tenía cuatro años, su familia se trasladó de Cuba a Valencia, por problemas de salud de su padre. Dos años más tarde regresan a Cuba. Sus primeros estudios lo hace en el colegio San Anacleto, donde conoce a unos de sus mejores amigos, Fermín Valdés Domínguez, y en el San Pablo, está su maestro Rafael María Mendive, poeta e independentista, que influye definitivamente en su formación.

 

A los doce años, ingresa en la Escuela de Instrucción Primaria Superior Municipal que dirige Mendive, quién ante las dificultades económicas de la familia, tomó a Martí bajo su tutela,  costeando su educación, al darse cuenta de la inteligencia de su alumno. En 1867, matriculó en la conocida Escuela San Alejandro para tomar clases de dibujo.

 

Cuando se inicia la Guerra de los Diez Años en 1868, simpatiza por la causa nacionalista. El 21 de octubre de 1869, fue detenido y condenado a seis años de prisión y trabajo forzado, bajo la acusación de traición y soborno; Martí confesó los cargos y declara ser el único autor de la carta dirigida a un ex compañero de estudio que se había enrolado con los voluntarios.

 

Fue obligado a realizar trabajos forzados en las canteras de San Lázaro, La Habana, llevando grilletes en los pies y cadenas en la cintura. La intervención de la familia y amistades hacen que lo indulten, después de cinco meses de prisión y enfermo, es indultado, por mediación de un amigo del capitán general, Don José María Sardá, catalán y dueño de las canteras de Isla de Pinos, a cuya finca El Abra es trasladado. Allí permanece, desde el 5 de septiembre, bajo la responsabilidad y vigilancia de su protector.

 

Se le conmutó la pena por el destierro. El 15 de enero de 1871, llega a España. En Madrid, vive en una casa de huéspedes. Se matricula en la Universidad Central de Madrid, da clases, las lesiones que le dejara el presidio, lo obliga a operarse dos veces. Escribe cartas, artículos que no siempre se publican, y edita un folleto, con la protección de Carlos Sauvalle: El presidio político en Cuba, denunciando las condiciones infrahumanas a las que eran sometidos los cubanos condenados por las autoridades coloniales. La firmeza de sus criterios, le permiten diferenciar y esclarecer que la oposición y la lucha no son contra el español ni su pueblo, sino contra el sistema colonial imperante en Cuba.

 

El 30 de junio de 1873, Martín es el primero de sus exámenes de grado en la Universidad Real de Zaragoza la licenciatura de Derecho. Y el 24 de octubre de 1874, obtiene con las mejores calificaciones, la de Filosofía y Letras. Escribe su drama, “Adúltera”.

 

En diciembre de 1874, parte rumbo a Francia, en Paris conoce a Víctor Hugo, desde donde parte hacía México. Desembarca en Veracruz y desde allí, a la capital mexicana. Allí colaboró en la Revista Universal y en El Federalista como periodista, poeta, traductor, cronista de política, teatro y arte. Estrena una obra teatral. “Amor con amor se paga”. En 1875 conoce a la que más tarde habría de ser su esposa, la cubana Carmen Zayas Bazán.

 

En diciembre de 1876, se ve obligado de abandonar México, al denunciar en El Federalista, el asalto armado al poder del General Porfirio Díaz. Se dirige a La Habana con pasaporte mexicano a buscar documentos que lo acrediten para poder trabajar en Guatemala, donde ocupa la cátedra de literatura extranjera y la de historia de la filosofía de la Escuela Normal Central. Concurre a la tertulia del general Miguel García Granados, cuya hija (La niña de Guatemala) era su alumna. Retorna a México, para contraer matrimonio con Carmen, el 20 de diciembre de 1877.

 

En enero de 1878, regresa con su esposa a Guatemala, el cambio de gobierno `por el dictador Justo Refino, le motiva a renunciar a sus cátedras, y decide en Julio marchar a Cuba con su esposa, aprovechando la tregua `política por el cese de la Guerra del 68. Trabaja como abogado e imparte clases. Nace su hijo José (el Ismaelillo de sus versos).

 

Realiza labores conspirativas, posteriormente el Comité Revolucionario Cubano, radicado en nueva York, bajo la presidencia del Mayor General Calixto García, lo nombró subdelegado en la Isla. En septiembre de 1879, fue detenido y acusado de conspiración, por sus vínculos en la Guerra Chiquita, y deportado nuevamente a España, donde vive dos meses.

 

En diciembre de ese mismo año vuelve a Francia. En enero de 1880, llega a Nueva York, donde lo nombran presidente del Comité Revolucionario Cubano. Allí se reúne con Carmen y su hijo quienes regresan a Cuba y él parte para Caracas.

 

En marzo de 1881, da clases y literatura en colegios. Colabora en “La Opinión Nacional” y funda la “Revista Venezolana”. Pública una loa a Cecilio Acosta, que acaba de morir, y el dictador Guzmán Blanco lo obliga a abandonar el país, rumbo a Nueva York en Julio, en Julio de 1881.

 

En Nueva York, trabaja para los editores Appleton y Lyons and Co.; colabora en “La Opinión Nacional” de Caracas, la “La Nación” de Buenos Aires y “El Partido Liberal” de México. A mediado de 1882, reinicia la labor de organizar a los revolucionarios, y  publica el Ismaelillo, dedicado a su hijo ausente, reúne sus Versos Libres, y al mismo tiempo organiza sus Endecasílabos hirsutos.

 

En 1884, trae a su padre a vivir con él en Nueva York, publica novelas con el seudónimo de Adelaida Ra. Conoce a tres veteranos de la guerra de Céspedes: Máximo Gómez, Antonio Maceo y Flor Crombet durante su incansable tarea propagandista. Comienza a colaborar en el Plan Insurreccional Gómez-Maceo, pero Martí desiste de su empeño por estar en desacuerdo con los métodos de dirección empleados. Ya le llaman “el maestro”.

 

En 1887, siendo Cónsul de Uruguay, fundó una Comisión Ejecutiva, de la cual fue elegido presidente, encargada de dirigir las actividades organizativas de los revolucionarios. En 1889, publica un periódico infantil, “La Edad de Oro”. En 1890, es nombrado cónsul de Argentina y Paraguay. A todos estos países, los representará dignamente hasta octubre de 1891 en que renuncia, para poderse dedicar por completo, a las tareas de la independencia de Cuba y para no comprometer a estos pueblos hermanos.

 

Desde 1884 a 1891, como delegado y fundador del Partido Revolucionario Cubano propone una guerra generosa y breve; combatir el anexionismo a los Estados Unidos; evitar el caudillismo; unir a las emigraciones de cubanos y forjar la conciencia nacionalista, manteniendo el espíritu de rebelión.

 

En enero de 1892, redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano, el 8 de abril, resultó electo Delegado y el 14 de marzo funda el periódico Patria, órgano oficial del Partido.

 

En abril de 1893, lo reeligen delegado y realiza viajes de propaganda política y acopiando recursos para la nueva contienda, por los Estados Unidos: Florida, Tampa, Cayo Hueso; Costa Rica, Jamaica y Panamá.

 

Desde mediado de 1894, aceleró los preparativos del Plan Fernandina. Este Plan fue descubierto e incautadas las naves con las cuales se iba a ejecutar. A pesar de este revés, Martí decidió seguir adelante con los planes de pronunciamientos armados en la Isla, en lo que fue apoyado por los principales jefes.

 

El 25 de marzo de 1895, desde Santo Domingo, donde lo esperaba Gómez, con quién firmó el memorable Manifiesto de Montecristi. Ambos líderes llegan a Cuba el 11 de abril de 1895, por Playitas de Cajobabo, Baracoa, y avanzar tierra adentro para reunirse con otras fuerzas rebeldes. El 15 de abril, recibió los grados de Mayor General del Ejercito Libertador, El 5 de mayo se reúne con Gómez y Maceo en La Mejorana para analizar la estrategia a seguir y el 18 de Mayo, escribió a Manuel Mercado una carta que está considerada como su testamento político.

 

El 19 de mayo de 1895, muere cuando cabalgaba, vestido de negro sobre un caballo blanco hacía un grupo de soldados españoles ocultos, siendo alcanzado por tres disparos en Dos Ríos, cerca de la confluencia de los ríos Contramaestre y Cauto. Fue sepultado el día 27, en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

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